Albura tiene una relación especial con las tierras astures. Aunque hemos hecho viajado a otras latitudes y acampado en otros territorios, Asturias sigue siendo nuestra casa, y siempre volvemos a los concejos de Somiedo y de Belmonte de Miranda.
¿Por qué hacemos nuestros campamentos de verano en Asturias? Nuestros expertos de la «Universidad de Albura» nos dan algunas razones: verde, aventura y personas.
NOS GUSTA EL VERDE
A los humanos en general y a los alburienses en particular. Asturias es una de las regiones más montañosas de España, con picos altos y multitud de valles, cuya cercanía al mar favorece la aparición de muchos microclimas húmedos que, en fin, hace del Principado de Asturias una de las comunidades más verdes de nuestro país. Es cierto que llueve a menudo y que muchas noches cae la niebla, pero las transiciones son suaves y en verano, por lo general, predomina el sol y el cielo despejado.
Aunque sea de perogrullos, esto en conjunto significa que en Asturias encontramos uno de los ecosistemas más ricos y variados de España. A esto se suma el hecho de que su geografía salvaje convierte los abruptos valles asturianos en lugares limpios de polución y únicos para el desarrollo y la educación de los niños en contacto con la naturaleza. Thoreau se hubiera quedado en Asturias, quédate tú también.
NOS GUSTA LA AVENTURA
Asturias tiene muchas papeletas para ser la capital española del deporte multiaventura y del llamado ecoturismo. El Descenso del Sella, la Senda del Oso, sus numerosos saltos desde altura en tirolina, parapente, sus indomables costas, su fauna única…
En los campamentos de verano en Asturias de Albura procuramos sacar partido de estas condiciones, siempre en colaboración con empresas especializadas y expertas en cada actividad. Por ejemplo:
- Cada julio recorremos la Senda del Oso en bicicleta y la combinamos con la navegación en canoa en el embalse de Valdemurrio, entre los ríos Trubia y Quirós. Las vistas atravesando estos valles, último refugio del oso pardo cantábrico, son impresionantes. Y los osos también.
- En otras ocasiones, sobre todo en días lluviosos, hemos visitado las cuevas de Teverga. ¡Una aventura espeleológica por las entrañas de los montes asturianos!
- Nuestros campamentos de verano, hasta ahora, tienen el cuartel general en Belmonte de Miranda, capital del Concejo de Belmonte, muy cerca del Parque Natural de Somiedo. Esto significa que estamos asentados al borde del Pigüeña y en el corazón del valle, rodeados de montañas espectaculares y en uno de los lugares más soleados (en verano, no nos pasemos) de la zona.
- También significa que estamos en el punto de partida de la llamada Ruta de los Salmones que sigue el curso del río Pigüeña, un recorrido suave e ideal para los más pequeños, con varios puntos de acceso para los coches en caso de necesidad, merenderos, bosques musgosos sacados de un cuento de hadas… Y más arriba, por las cumbres y dominando el valle, tenemos el Camín Real de la Mesa, una senda prerromana salpicada de necrópolis y asentamientos megalíticos, que después los romanos usaron para unir las minas de oro del interior con la costa. Tiene las mejores vistas de la región y el ascenso es un buen desafío para los acampados de mayor edad. Todas las rutas son seguras, están debidamente señalizadas, y son, en fin, espectaculares.
- Además, en Belmonte está la Casa del Lobo, el centro de interpretación dedicado a la conservación del lobo ibérico, cuyos responsables están al cuidado de Belmon, Tino y Aullador, tres ejemplares que ya son nuestros amigos.
- Organizamos un campamento de surf de diez días en San Juan de la Arena, en la desembocadura del río Nalón, a tan solo cincuenta kilómetros de Belmonte de Miranda. Además, ¡cuando vamos a la playa con el campamento belmontino también aprovechamos para surfear!
ASTURIANOS, PATRIA QUERIDA
Y por si todo esto fuera poco, los asturianos nos tienen mejor que en brazos. Esto tenemos que confesarlo.
- Los habitantes de Belmonte no solo nos reciben con cariño año tras año, sino que también lo hacen con infinita paciencia, llegando a veces a participar en los juegos (memorable el día que el exalcalde de Belmonte bailó “La Macarena” con los acampados) y poniendo a nuestra disposición todos sus recursos.
- Nuestros compañeros de la Senda del Oso y del surf son profesionales y amables; y muy simpáticos, hay que decirlo.
- Y, cada julio, la gente en las montañas nos da la bienvenida con los brazos abiertos. Nos ceden sus terrenos para plantar las tiendas con seguridad y arropo, y siempre, siempre nos enseñan algo nuevo de su historia, de sus tierras, nos acercan a sus casas y a sus animales, nos dan agua, espacio, comida, nos ofrecen su tiempo y su ayuda… ¿Acaso se puede pedir más?
Si el hogar lo forman las personas y no los lugares, entonces el nuestro está con ellos.
Ya veis que tenemos razones de sobra para ir a Asturias, ¿no? Pero lo importante no son las razones que tenemos para ir, aunque sean muchas. Lo importante es que hacemos nuestros campamentos de verano en Asturias porque tenemos más razones todavía para querer volver.
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